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NASA recuperó la nave más alejada de la Tierra

Después de cinco meses de silencio en cuanto a datos comprensibles, la sonda espacial Voyager 1 logró restablecer el contacto con la tierra, enviando información crucial gracias a una solución creativa ideada por ingenieros de la NASA para resolver un problema de comunicación.

A pesar de la enorme distancia de más de 24 mil millones de kilómetros que separa a la sonda de nuestro planeta, el equipo de la misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) en Pasadena, California, demostró su ingenio y persistencia al lograr esta proeza técnica.

Según CNN, el primer conjunto coherente de datos sobre el estado y la salud de los sistemas de ingeniería de la Voyager 1 fue recibido el 20 de abril, marcando un hito significativo después de una pausa de cinco meses en la recepción de datos útiles.

Lanzada en 1977 con una misión originalmente programada para cinco años, la Voyager 1 ha superado todas las expectativas en términos de longevidad y se ha convertido en la nave espacial operativa más lejana y antigua de la humanidad, explorando el territorio cósmico desconocido más allá de nuestro sistema solar.

«Hoy fue un gran día para Voyager 1», declaró Linda Spilker, científica del proyecto Voyager en el JPL, resaltando el compromiso del equipo con la exploración interestelar.

Según informó Fox Weather, el último desafío para Voyager 1 comenzó en noviembre de 2023, cuando su unidad de modulación de telemetría del sistema de datos de vuelo empezó a emitir un patrón de código repetitivo e indescifrable, comprometiendo la transmisión de datos científicos y de ingeniería vitales hacia la Tierra.

La estrategia del JPL de la NASA involucró un esfuerzo detallado de diagnóstico y corrección, culminando con el envío de un «poke» el 1 de marzo para intentar hacer que el sistema de datos de vuelo ejecutara diferentes secuencias de software y aislar la causa de la anomalía.

Este «poke» permitió a los ingenieros detectar una actividad anómala entre los datos incoherentes, lo que llevó al descubrimiento de una memoria corrupta que afectaba al 3% del sistema de datos de vuelo.

«Nunca sabemos con certeza qué va a pasar con las Voyagers, pero me sorprende constantemente cuando simplemente siguen adelante», expresó Suzanne Dodd, gerente del proyecto Voyager, en un comunicado.

El diagnóstico reveló que un chip único encargado de almacenar parte del código de software del sistema había fallado, posiblemente debido al desgaste o al impacto de una partícula energética del espacio. Frente a la imposibilidad de una reparación física, se optó por reubicar el código afectado en otras áreas de la memoria del sistema.

Este meticuloso proceso de reconfiguración implicó no solo el traslado del código, sino también ajustes para asegurar su funcionamiento conjunto y la actualización de cualquier referencia a la ubicación del código en la memoria del sistema de datos de vuelo.

La medida resultó exitosa cuando, el 20 de abril, tras enviar la señal de radio para modificar el código y una espera ansiosa de 45 horas, el equipo recibió datos de ingeniería legibles de Voyager 1, demostrando la habilidad del equipo para superar desafíos técnicos a una escala interplanetaria.

Con la nave en condiciones de salud satisfactorias y el equipo preparándose para realojar otras partes afectadas del software del sistema, se anticipa el retorno de datos científicos en las próximas semanas, continuando así con la histórica misión de recolectar y transmitir información invaluable desde el espacio interestelar.

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Información de Síntesis

 

 

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