Chile: Unos 99 muertos, más de 3.000 casas quemadas y sospechas de intencionalidad

Los graves incendios forestales que azotan a la zona centro-sur de Chile, pero en especial a la región de Valparaíso, han dejado al menos 99 muertos, según ha informado este domingo el Servicio Médico Legal (SML), la entidad del Estado encargada de la identificación de los fallecidos. Horas antes, el presidente Gabriel Boric, ya había adelantado que las 64 víctimas que informó en una rueda de prensa, era una cifra que “va a crecer”: “Sabemos que va a crecer significativamente”. El mandatario decretó duelo nacional por dos días y aseguró que es la tragedia más grande que ha vivido Chile desde el gran terremoto del 27 de febrero 2010, que dejó centenares de víctimas por el seísmo y un maremoto. “Lo digo para que seamos capaces de dimensionar el dolor y la magnitud de lo que estamos viviendo”, dijo Boric sobre el incendio forestal más mortífero desde que existe registro.

De las 99 personas fallecidas, 32 han sido identificadas, mientras que se han realizado 25 autopsias, ha reportado el Servicio Médico Legal.

El mandatario recorrió este domingo Viña del Mar y Quilpué, dos de las ciudades más afectadas de la región, ubicada a unos 120 kilómetros de Santiago, la capital de Chile. “La prioridad de hoy, lo hemos dicho, pero lo reiteramos, es salvar vidas y controlar, lo más pronto posible, los focos activos que están combatiéndose”, señaló el presidente junto a un grupo de alcaldes de la zona y al gobernador regional, Rodrigo Mundaca. E informó que se ha reforzado el equipo del Servicio Médico Legal, pues “una de las urgencias más acuciantes es recuperar los cuerpos”. “Esto es prioritario y se aborda con sentido de urgencia. Sabemos la angustia, el dolor terrible, lacerante, que tienen los familiares y todos quienes, en el proceso de remoción de escombros, les toca encontrarse con el cuerpo de una persona”.

La frase de Boric grafica la tragedia. Los incendios forestales alcanzaron las zonas urbanas de la región de Valparaíso la noche del viernes y, por la mañana del sábado, las autoridades todavía no podían entrar a algunas zonas porque los incendios no estaban controlados. Los testigos describen que el fuego se propagó en cosa de minutos. “Todo explotó como una bomba”, decía a la televisión pública una mujer en la zona de Achupallas, en Viña del Mar, con un gran número de muertos. La gente falleció mientras huía y a sus propios vecinos les tocó encontrar los cadáveres. Las imágenes son devastadoras, porque villas enteras –formales e informales– hoy están bajo cenizas.

El presidente Boric informó que se mantendrá el toque de queda en cuatro municipios de la región: Viña del Mar, Quilpué, Limache y Villa Alemana. Para facilitar el trabajo de los equipos de emergencia y las evacuaciones, pero, adicionalmente, para evitar los saqueos. En medio de la tragedia, se han registrado robos en las casas que no lo han perdido todo, han denunciado las autoridades.

Mientras se controlan las llamas se han abierto albergues y centros donde se reúnen artículos para las familias damnificadas. Además, Boric dispuso que el Palacio Presidencial de Cerro Castillo, en Viña del Mar, se utilice “íntegramente como espacio para realizar actividades niños, niñas y adolescentes que son víctimas de la tragedia”, y contará con monitores y profesores para cuidarlos.

Informó que los incendios han destruido más de 3.000 viviendas. Solo en Quilpué, el fuego acabó con 1.300 casas, una cifra que falta actualizar, dijo. “En Viña del Mar es mucho más”, agregó.

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