Alejandro Sanz abrió el festival Viña del Mar donde rindió tributo a los incendios forestales
“Esta vez no estamos todos”, dijo María Luisa Godoy. Un solemne minuto de silencio inauguró la edición 2024 del Festival de Viña del Mar. Una medida inédita en sus 6 décadas de historia, pero los feroces incendios que hace solo semanas arrasaron con zonas de Valparaíso y Viña del Mar, los que dejaron centenares de víctimas y otros miles de damnificados, marcaron el sentido del evento.
La coyuntura hacía impensado un despliegue festivo, por lo que el Festival debió incorporarse a la campaña de ayuda. Se habilitó un sistema de donaciones e incluso algunos artistas anunciaron sus propios aportes.
El recuerdo de las víctimas y damnificados marcó el arranque de Viña, cerca de las 21.30 horas. Ahi vino el momento de silencio pedido por los animadores María Luisa Godoy y Francisco Saavedra (quien a su vez, es debutante en la animación), instalados en la pasarela al costado del escenario. El “monstruo” siguió el ritual con respeto, incluso hubo quienes hicieron callar a los pocos que no se sumaron.
Un momento después, el ballet del Festival, realizó un número de homenaje en que sonaron temas como Yo vengo a ofrecer mi corazón, Lucha de gigantes, Un mar de gente, interpretadas por voces chilenas como Consuelo Schuster, Soulfia y el emergente Kidd Voodoo.
Tras ese arranque de alta carga emotiva, salió a escena el primer número de esta edición, el cantautor Alejandro Sanz. Acaso calibrando el tono del evento, el español es uno de los que mostró más compromiso con el giro solidario del Festival. En la previa no solo anunció ayudas económicas sino que una vez en el país visitó la villa Independencia, una de las zonas consumidas por el fuego.
Nada casual, porque el español tiene una historia con Viña y en general ha cultivado un perfil con cierta sensibilidad social. En su quinta visita a Viña (ya estuvo en las ediciones 1994, 2001, 2011 y 2016), llegó como un veterano de la música latina. Al estilo de los conciertos convencionales en nuestros días, un video de introducción presentó su trayectoria. A continuación, el español apareció desde la escalera montada en el escenario ante la ovación del respetable. La clásica No es lo mismo, interpretada con algunos carraspeos, marcó el arranque ante un público que de inmediato le retribuyó con aplausos.
“Esta es una noche especial para los que estamos aquí”, señaló Sanz antes de seguir con el show. Acompañado por una banda cargada a los sonidos acústicos, pero que se podía reconvertir rápidamente a sonido pop convencional, el español concentró su set en su material más clásico y variado. Así pasaron temas de rotación radial como El alma al aire, La fuerza del corazón, Cuando nadie me ve, Quisiera ser, Amiga mía (muy aplaudida por el Monstruo) aunque evidenció desgaste en su entonación, especialmente en los segmentos más exigentes. Los años le han pasado la cuenta. Eso sí, al público poco le importó y coreó con entusiasmo el material del hispano.
Otro momento puntual fue cuando volvió a hacer una mención a los incendios y dedicó el hit Looking for paradise (con una de sus coristas entonando la parte que originalmente canta Alicia Keys) a los voluntarios que trabajan en la reconstrucción tras los incendios. Un gesto que había prometido y con el que terminó de consolidar el romance con el público. “De esas personas podemos nutrirnos”, señaló ante la Quinta Vergara.
Información de La Tercera