Madonna celebra 40 años de música con un épico concierto en Brasil
El apoteósico concierto gratuito de Madonna en Rio de Janeiro marcó el fin de la gira The Celebration Tour, que celebró los 40 años de trayectoria de la Reina del Pop. Fueron cerca de 2 millones de personas que se congregaron al rededor del monumental escenario, lo que se tradujo en una masiva fiesta en todas las calles aledañas
Luciendo un elegante atuendo negro, la icónica cantante inauguró su espectáculo con “Nothing Really Matters”, una canción que celebra la fortaleza del espíritu humano y que hizo resonar a la multitud reunida en la legendaria playa de Copacabana, tanto en tierra como en el mar.
Alrededor de las 22:30, hora local, la célebre artista de 65 años desfiló por una extensa pasarela suspendida que partía del famoso hotel Copacabana Palace, su lugar de hospedaje, hasta llegar a un impresionante escenario de 800 metros cuadrados, una estructura que duplica en tamaño a los escenarios utilizados en presentaciones anteriores de su gira.
Fiel a su estilo, la despampanante diva inició su espectáculo con una hora de retraso. Su particular hábito ha recibido la denuncia de varios de sus seguidores por “prácticas comerciales engañosas”. Pero la audiencia en Copacabana estaba eufórica, y gritó desenfrenada cuando la drag queen Monét X Change apareció pavoneándose con una réplica del traje que usó Madonna en la emblemática canción Vogue para abrir la presentación.
Tras un espléndido inicio, Madonna se tomó un momento para saludar a su audiencia en Brasil y pidió disculpas por no hablar portugués, pero sostuvo con emoción que este espectáculo resultaba “un sueño hecho realidad”.
Luego, tomó una guitarra y siguió con “Burning Up”, un tema de rock que escribió en 1983 “en un escenario en el Lower East Side de Nueva York. “Era muy pequeño, sucio y tenía una botella de Coca Cola. Ahí es donde todo comenzó”, dijo refiriéndose a su cruda composición.
Continuó con “Open Your Heart”, donde se divirtió con sus bailarines, que subieron a escena en trajes de lencería negros, y recibieron algunos besos, caricias y manotazos por parte de la artista.
Aunque varios asistentes reportaron su descontento por el bajo sonido del concierto, los errores técnicos resultaron menores frente a la gran recepción positiva que se hizo notar a través de redes sociales.