Gustavo Dudamel dirigirá el concierto de reapertura de la catedral de Notre Dame de París

La catedral de Notre Dame de París reabre sus puertas al público este fin de semana al término de una exhaustiva restauración de cinco años, con un espectáculo musical el sábado y una misa solemne al día siguiente.

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Se espera que el presidente electo estadounidense, Donald Trump, participe en la ceremonia con la que se abrirán las puertas de Notre Dame.

Será el primer viaje al extranjero del futuro presidente norteamericano desde su elección el pasado 5 de noviembre.

El director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel y el pianista chino Lang Lang son algunos de los protagonistas del concierto de gala en la noche del sábado 7 de diciembre.

En el ámbito de la música pop participan la estrella franco-beninesa Angélique Kidjo y el cantante canadiense Garou.

El espectáculo quiere ser un momento de comunión popular, antes de la reapertura religiosa el domingo.

El gobierno francés prevé la asistencia de un centenar de jefes de Estado y de gobierno, y las medidas de seguridad en torno al templo se han reforzado.

Un máximo de tres mil invitados podrá acceder a la explanada ante la fachada de la catedral, donde se celebrará el evento musical.

El presidente Emmanuel Macron, que hizo de esta renovación su objetivo personal, ya protagonizó una visita de dos horas el pasado viernes, y volverá a acudir el sábado para pronunciar un discurso ante el templo.

El papa Francisco finalmente no acudirá, pero en cambio participará el 15 de diciembre en un congreso religioso en Córcega.

Cuando las llamas devoraron, el 15 de abril de 2019, una de las más grandes catedrales de Occidente, inscrita en el patrimonio mundial de la Unesco, el sentimiento de congoja fue mundial, pero también lo fue la movilización.

Las donaciones afluyeron inmediatamente, y el resultado ha sido una renovación minuciosa, que ha dejado inmaculadamente blancos los muros del templo, de más de 800 años de antigüedad, y ha recuperado la luminosidad de los rosetones y las vidrieras.

Debajo del tejado de plomo, donde se originó el incendio, Notre Dame ha recuperado su «bosque», el entramado de vigas y soportes de roble macizo cuya legendaria construcción databa de la Edad Media.

Centenares de artesanos y 250 empresas han participado en las obras, con un coste de casi 700 millones de euros (unos 770 millones de dólares).

El órgano, viejo de tres siglos, fue desmontado y restaurado totalmente. Durante las últimas semanas se llevaron a cabo los ajustes para que recupere su timbre original.

Uno de los grandes símbolos de la catedral, la aguja de 93 metros que corona el tejado, con un gallo encaramado en la punta, ya puede ser contemplada desde hace semanas, lo mismo que las campanas, que volvieron a tañir el 8 de noviembre.

La aguja es una de las aportaciones del arquitecto Eugène Viollet-le-Duc, el gran renovador de Notre Dame en el siglo XIX, autor también de las conocidas quimeras en forma de monstruos y animales fantásticos de la fachada, que han sido de nuevo limpiadas y restauradas.

Todas las capillas del templo están listas para acoger a los visitantes, entre ellas la que se consagró en 1949 a la Virgen de Guadalupe.

Información de NTN24

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