Grecia, golpeada por los fenómenos extremos: de un verano de incendios a las inundaciones por lluvias torrenciales
Del fuego al agua: un fenómeno extremo vuelve a azotar a Grecia este verano. Después del gran incendio en el norte del país, que mató a 28 personas (todas migrantes, menos una), la tormenta Daniel deja lluvias torrenciales históricas en el centro. Al menos dos personas han muerto por las inundaciones y otra está desaparecida, mientras no se espera que el temporal se disipe hasta el jueves.
«Espero de verdad que los meteorólogos no tengan razón, pero sabemos que nos esperan horas difíciles», afirmaba el primer ministro Kyriakos Mitsotakis el lunes. Pero, como sucedió en España con la DANA del fin de semana, la alerta de los expertos se confirmó y, según nos han explicado, supone una muestra más de la «extremización de los fenómenos extremos». Es de uno de los efectos del cambio climático que aplica tanto para los incendios como para los temporales y entraña características muy similares en Grecia y en España.
«El Mediterráneo es un punto caliente del cambio climático. (…) Siempre hemos tenido olas de calor y siempre hemos tenido precipitaciones e intensas en el periodo otoñal, pero ahora vemos que se producen con mayor frecuencia y con mayor intensidad», señala Samira Khodayar Pardo, investigadora líder del grupo de Meteorología en el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), en una conversación con RTVE.es.
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