El fin de semana fue lanzado al espacio el motor «imposible» que desafiará la física
El pasado fin de semana se lanzó al espacio un controvertido motor eléctrico que los físicos consideran «imposible» ya que pretende desafiar las leyes del movimiento de Newton.
El nuevo sistema de propulsión está basado en un principio conocido como inercia cuántica y no necesita más combustible que la energía del sol para hacer posible su funcionamiento.
Si las pruebas de las próximas semanas funcionan como esperan sus creadores, estaremos ante un motor que puede revolucionar el futuro de los viajes espaciales.
El nuevo sistema de propulsión, desarrollado por la empresa aeroespacial IVO Ltd, lleva por nombre Quantum Drive (motor cuántico) y fue lanzado al espacio por primera vez el pasado 11 de noviembre a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX. IVO introdujo dos versiones de su motor en el satélite de Rogue Space Systems, Barry-1. Tras contactar con éxito con el satélite el lunes, la compañía está esperando a que Barry-1 acabe de terminar sus análisis en la órbita baja de la Tierra para realizar las primeras pruebas. «Rogue Space Systems e IVO están colaborando estrechamente para recopilar una sólida base de datos orbitales antes de encender los propulsores por primera vez», explica Richard Mansell, director general de IVO, en declaraciones para el medio estadounidense The Debrief. «Esto ayudará a corroborar los resultados de empuje de los Quantum Drives».
Todavía faltan unas semanas para que todo esté listo para los primeros test. Si al encenderse consiguen modificar con éxito la órbita del satélite Barry-1, se demostrará que el sistema funciona y que toca reescribir los manuales de física para adaptarlos al nuevo concepto de inercia. Sin embargo, un fracaso volverá a confirmar que las leyes planteadas por Isaac Newton siguen siendo plenamente vigentes a día de hoy. «Nuestro objetivo es elevar la órbita», explica Mansell. «Nos gustaría hacer varias demostraciones. Vamos a realizar varias órbitas sin ningún tipo de empuje para obtener una serie de datos de referencia que nos permitan saber cuál es el ruido de fondo. Después encenderemos los propulsores, los Quantum Drives, y elevaremos la órbita. Luego, el objetivo es bajar la órbita y ser capaces de hacer esto de forma predecible, de un lado a otro, y ver si podemos cambiar la inclinación de la órbita. Sería fantástico».
Un motor “imposible”
Newton explica en su tercera ley del movimiento que para cada acción hay una reacción igual y opuesta, así que para enviar una nave al espacio hay que propulsarla hacia arriba (con un motor) expulsando algo por abajo (combustible) que le permita escapar de la fuerza de la gravedad de la Tierra y navegar por el espacio.
Tradicionalmente, las naves espaciales han requerido de grandes motores propulsados por enormes cantidades de combustible, pero en los últimos años se han propuesto otro tipo de motores, como las velas solares o los motores de iones, que se basan en otros principios físicos y prometen alcanzar velocidades nunca vistas hasta ahora. Otro de esos nuevos propulsores espaciales es el motor cuántico que IVO ha llevado a la práctica basándose en las teorías del físico Mike McCulloch, profesor de la Universidad de Plymouth. Este motor desafía el concepto de inercia planteado por la primera ley de Newton y ha levantado un gran revuelo en la comunidad científica.
Newton dice que «los objetos se mueven en línea recta a velocidad constante a menos que se les empuje». Sin embargo, McCulloch asegura que esta definición, aunque es sencilla, no llega a explicar del todo cómo funciona la inercia. Para resolverlo, el investigador desarrolló en 2007 su propia teoría llamada QI (Quantized Intertia) en la que trata de explicar el concepto de la inercia aplicando las extrañas leyes del mundo cuántico.
Investigadores de todo el mundo recibieron la teoría de McCulloch con críticas porque desafía las leyes del movimiento que se han venido demostrando precisas con cada lanzamiento espacial. Sin embargo, el Quantum Drive, el motor cuántico de IVO, ya ha tenido éxito en las pruebas de laboratorio y su lanzamiento demostrará sin lugar a dudas si las ideas de McCulloch son erróneas o si deberíamos replantearnos lo que sabemos sobre el movimiento en el vacío del espacio.
Observar detenidamente cómo funcionan los mecanismos de la inercia y la gravedad ayudó a arrancar el proyecto, explica Richard Mansel, fundador y director general de IVO en declaraciones realizadas en su momento a The Debrief. «Entonces me topé con el trabajo del profesor Mike McCulloch, de la Universidad de Plymouth». Mansel se dio cuenta de que en sus instalaciones tenía todos los equipos necesarios para testar otras tecnologías basadas en el QI de McCulloch. Las pruebas realizadas fueron positivas, pero antes de lanzarse al desarrollo de sus motores querían estar seguros, así que usaron la cámara de vacío térmico de otra compañía (E-Labs en Fredericksburg, EEUU) que les ayudaría a obtener pruebas definitivas. El motor cuántico llegó a producir alrededor de 10 milinewtons, un empuje pequeño, pero que confirmaba que las teorías de McCulloch no son una locura.
Hay que probarlos en el espacio
Buscar posibles fallos en el diseño del motor se convirtió en el objetivo principal en ese momento y la compañía decidió traer expertos independientes que les ayudaran analizar el desarrollo. «Hemos tenido a varias personas del ámbito de la astrofísica, incluidos profesores universitarios expertos en este campo, que han venido en persona para intentar averiguar dónde nos faltaba algo», explicó Mansell. «Llegamos a un punto en el que nuestros inspectores dijeron que no había nada que pudiéramos hacer para mejorar lo que estábamos haciendo. Hay que ir al espacio».
Este proceso de pruebas, afirma Mansell, les obligó a introducir una serie de cambios significativos en las tecnologías anteriores que mejoraban su calidad y que les llevaron a pedir sus propias patentes. A día de hoy, IVO asegura que su motor ofrece una eficiencia sin igual, alcanzando hasta 52 milinewtons con un solo vatio. El sistema puede usar la energía recogida por los paneles solares y prescindir de la necesidad de llevar combustible, es modular, con lo que se pueden añadir más unidades para multiplicar el empuje y se pueden colocar en cualquier orientación, lo que permite hasta 6 grados de libertad. Rogue Space Systems, cuyo satélite de pruebas carece de propulsión propia, será el banco de pruebas de la nueva tecnología. El lanzamiento estaba previsto para el pasado mes de junio a bordo de un cohete de SpaceX, pero un fallo ha retrasado la misión hasta ahora. «Queríamos asegurarnos de que no hubiera otros propulsores en el mismo satélite», explica Mansell. «De modo que si hay empuje cuando se demuestre algo en el espacio con este satélite, se sabría definitivamente que era nuestro Quantum Drive el que propulsaba el satélite y nada más».
Información del Confidencial