Maracaibo es la región de Suramérica que se ha calentado más en las últimas décadas
Maracaibo siempre ha sido reconocida por sus altas temperaturas. Incluso por los chistes de ser “la ciudad más fría de Venezuela” por la cantidad de ventiladores y aires acondicionados en cada una de sus casas. Sin embargo, con picos de calor que durante este año han llegado a superar los 50 grados centígrados de sensación térmica, como ocurrió a principios de septiembre, es una situación que dejó de ser broma.
Lee también: ¿Por qué está haciendo tanto calor en Venezuela?
Diferentes estudios científicos han comprobado que en el contexto del cambio climático que actualmente experimenta el mundo, las temperaturas en el estado Zulia y sus alrededores han ido aumentando significativamente, hasta convertirse en uno de los puntos más calientes y secos de Suramérica.
Un artículo publicado por la revista Nature el 26 de septiembre deja constancia de esto. En South America becomes warmer, drier, and more flammable (Sudamérica se vuelve más cálida, más seca y más inflamable), advierten que el cambio climático está empeorando la frecuencia, la intensidad y los impactos de los fenómenos climáticos extremos. Se espera que en algunas zonas el actual aumento de la temperatura media global de 1,5 grados centígrados llegue a duplicarse.
“América del Sur también ha experimentado graves impactos por la concurrencia de condiciones cálidas, secas y de alto riesgo de incendio (es decir, compuestos secos). A pesar de que el aumento de las temperaturas en el subcontinente siguen de cerca el camino global, el calentamiento y sequía han sido más pronunciados en algunas regiones”, señala.
El estudio, encabezado por los investigadores Sarah Feron y Raúl Cordero, analizó el número de días con picos anormales de calor, sequía e inflamabilidad de cada temporada del año entre 1971 al 2000 y del 2001 al 2022. También compararon estos valores con el comportamiento del fenómeno El Niño para medir su posible impacto específico en las regiones afectadas.
Mientras el Amazonas y el Gran Chaco han experimentado cambios climáticos considerables en las últimas décadas, el texto asegura que la cuenca de Maracaibo ha sido el punto que más se ha calentado y secado desde 1971. Los resultados arrojaron que los días en los que se registraron condiciones cálidas, secas y de alto riesgo de incendio aumentaron de menos de 20 anuales a más de 70 en las últimas dos décadas.
Específicamente, se reportó un aumento de los días calientes a más de 60 por año. Mientras, los días de sequía superaron también los 50 anuales. Uno de los hallazgos más preocupantes fue el aumento de los días con alto riesgo de incendio. Alcanzaron los 120 días del año en Maracaibo, cuando antes de la década de los noventa solía ser menor de 40.
“Aunque la ocurrencia de compuestos secos en la región de Maracaibo ha aumentado durante todo el año, el incremento parece ser ligeramente más pronunciado en la temporada DJF (diciembre, enero y febrero)”, acota.
El artículo resalta que a pesar de albergar la segunda ciudad más poblada de Venezuela y ser sede de la principal industria petrolera del país, alrededor del 38 % de la cuenca del lago de Maracaibo continúa cubierto por bosques. No obstante, esta coexistencia resulta altamente peligrosa en un contexto en el que el riesgo de incendios forestales es cada vez mayor en la región.
“La exposición de grupos relativamente grandes de población que viven en interfaces urbano-forestales aumenta los riesgos de que los incendios se conviertan en desastres”, menciona.
Por otro lado, el aumento de los días de sequía trae consigo pérdidas para la agricultura y ganadería que se practican sobre todo al sur del lago. Ya en agosto de 2023, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estimaba pérdidas parciales o totales en las zonas áridas de Zulia debido a la sequía por el fenómeno El Niño.
Indicó que esto afectaría principalmente a pequeños agricultores y poblaciones indígenas, en especial en La Guajira venezolana. Por extensión, la sequía también afecta al ganado bovino, ovino y caprino, debido al agotamiento del pasto y el agua. Un fuerte contraste respecto a la temporada de lluvias, cuando se presentan inundaciones que también provocan la pérdida de cultivos.
Información de El Diario